Es en el siglo XII cuando, el castillo fue dado en dote a Doña María Fernández, hija en segundas nupcias del Conde de Traba (Pedro Froilaz) con Don Juan Ares de Novoa de Rivadavia de donde surge la rama de los Novoa que continuó su linaje hasta el siglo XVII.
En Maceda vivió Alfonso X el Sabio cuando tenía 11 años de edad con su ayo Garcí Fernández, célebre compositor de las famosas Cantigas a Santa María, escritas en lengua gallega. Seguramente fue donde empezó a instruirse en el conocimiento del idioma gallego. También nació el navegante Joâo da Nova, alcalde de Lisboa de 1496 a 1501 y descubridor, entre otras, de las Islas de Ascensión, Santa Helena ( aquí fue desterrado Napoleón y es donde murió), Ceilán y las islas "Trindade, Juan de Nova Island y plausiblemente Agalega Island. Es el gallego más relevante del siglo XVI"..
En el siglo XV el castillo pasó a manos de los condes de Benavente y posteriormente a los condes de Maceda quienes fueron descuidando el castillo y pasó a una etapa de decadencia motivada por la ausencia de descendencia masculina.
El castillo sirvió de enfrentamiento en las revueltas antiseñoriales irmandiñas, aunque sus moradores nunca estuvieron metidos de lleno. Ya en la edad moderna y debido a la posición estratégica ya mencionada, el emplazamiento fue elegido para establecer un mercado, que fue institucionalizado por el propio señor feudal, convirtiéndolo en la Feira do vinte, en el cual se hacía efectivas diversas rentas en concepto de derechos. Así fue como Maceda fue creciendo y convirtiendo en centro de comercio de la comarca.
En el año 1654, Felipe IV concede el condado de Maceda a Alonso de Lanzós, regidor de la ciudad de Betanzos y posteriormente el Borbón Felipe V le concedió la grandeza de España.
La fortaleza de Maceda fue declarada Monumento Histórico-Artístico bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 (BOE núm.125, de mayo de 1949), y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español y Ley 16/1955, BIC [Bien de Interés Cultural].
El abandono que experimentó durante años, llegando a convertirse en espeso bosque de maleza. Hace poco más de veinte años esta fortaleza se encontraba en ruinas. La Xunta de Galicia y el Ayuntamiento han realizado diferentes obras de adecuación en dos tramos entre los años 1996 y 2003, hasta convertirlo en un alojamiento hotelero. En diciembre de 2008 el complejo tuvo un paro, debido al cese obligado de actividad.
Hoy en día se ha convertido en el Hotel Monumento Castelo de Maceda, convirtiéndose en un referente y en el establecimiento turístico combinando la modernidad de sus instalaciones y la grata sensación de disfrutar de un castillo medieval.